Ni un solo niño con miedo a hablar en público
Nuestro objetivo es poner todas las herramientas a disposición de profesores, padres y niños para ayudarles a desarrollar todas sus capacidades de comunicación.
Acumula 25 años de experiencia en el mundo de la comunicación, repartidos en consultoría de marca, formación e interpretación. Conoce todas las herramientas para que adultos y niños se conviertan en buenos comunicadores, crean en su potencial y sean capaces de compartir sus ideas de manera clara, precisa y emocionante
Aurora acompaña a un grupo de niños en un apasionante recorrido que les convertirá en comunicadores eficaces, demostrando que cualquiera puede aprender a hablar en público si conoce el camino para lograrlo.
Nuestro objetivo es poner todas las herramientas a disposición de profesores, padres y niños para ayudarles a desarrollar todas sus capacidades de comunicación.
Incorpora conocimientos de manera progresiva y acumulativa. Todos los materiales han sido creado desde el juego y el humor, porque todo entorno de aprendizaje debe hacer sentir al niño seguro para poder equivocarse y crecer.
Recuerda que puedes ver el contenido de forma lineal o saltar de un vídeo a otro centrándote en lo que más te interese.
Lo primero que tienes que saber para hablar en público es que puedes hacerlo si te lo propones. Casi todo el mundo ha tenido miedo a hablar delante de otras personas. Es una reacción natural. Pero es algo que puedes lograr con aprendizaje y practicando un poco.
Violeta, psicóloga especializada en niños y adolescentes, nos muestra una técnica sencilla para reconocer las reacciones de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón cuando el miedo ataca. Y cómo plantarle cara.
Antes de convertirte en un buen comunicador, tienes que saber que a todos nos cuesta mucho escuchar. Solo si entiendes "las trampas de la escucha" podrás saber cuándo tu audiencia se desconecta y recuperar su atención.
Este sencillo ejercicio esconde un gran aprendizaje: escuchar es difícil. La gente desconecta cuando escucha, recuerda pocas cosas de lo que decimos y, en muchas ocasiones, se inventa lo que no entiende.
Es imprescindible que tu exposición sea clara, ordenada y precisa. Debes lograr que todo lo que dices tenga sentido y sea coherente, sin mensajes contradictorios. Aprenderás a guiar a la audiencia por tu narración.
Elabora tu discurso siguiendo los pasos del método IRE: define tu "Gran Idea"; apóyate en razonamientos y refuérzala con evidencias.
Debatir es defender nuestras ideas mediante argumentos. Un juego de rol diseñado para potenciar la capacidad de improvisar y el pensamiento creativo ágil. Aprenderás a generar ideas nuevas para defender tu punto de vista.
No pierdas el foco: has venido a hablar de tu Gran Idea. Es clara, concreta y ayuda a entender a tu audiencia para qué estás aquí. Aprende a identificarla, descubre cómo puedes llegar a ella por diferentes caminos y conoce distintas formas de articularla.
Cuatro estructuras para ordenar tus mensajes. Cuenta algo que transcurre a lo largo del tiempo. Comparte tres cosas que hayas aprendido. Defiende una idea desde sus pros y sus contras. O, si lo prefieres, apóyate en una situación, un problema y una solución para tu exposición.
Identifica los puntos clave de un relato. Sintetiza la información para ajustarte al tiempo que tienes, sin perder una estructura lógica. Aprende a reducir una idea al mínimo, sin que pierda su esencia. Harás un discurso más fácil de entender para tu audiencia y se recordará mucho mejor.
Siempre que te levantas a hablar, lo haces con un objetivo claro, sabiendo qué impacto quieres provocar en tu audiencia. Elige el tipo de discurso para conseguirlo: informativo, persuasivo o inspiracional.
El discurso informativo tiene como principal objetivo dar a conocer una información o transmitir un mensaje para que la audiencia aprenda sobre un tema. Se basa en datos, hechos concretos y conceptos precisos.
Un discurso persuasivo sirve para derrotar a un “No” y convencer a tu interlocutor con argumentos. Aprende las claves para construirlo. Convence a tu audiencia de que algo es bueno o malo; mejor o peor; promueve un cambio…
Aprovecha la oportunidad de estar delante de tu audiencia para inspirarla: comparte experiencias personales para motivar a quien te escucha, para hacerles soñar. Contagia tu pasión para que todo el mundo se levante de tu exposición con un "yo también puedo".
Quien elige una palabra elige un mundo. El castellano es un idioma muy rico. Necesitas adquirir hábitos para ampliar tu vocabulario e incorporar recursos lingüísticos.
Un juego para poner a prueba la riqueza de tu vocabulario y tu precisión como comunicador. Elige las palabras más adecuadas, utiliza sinónimos, comparaciones, metáforas, haz preguntas retóricas, enfatiza lo más relevante…
Hay errores muy habituales en una exposición: nos desviamos del tema, dejamos silencios largos e incómodos, repetimos una idea en bucle o incurrimos en contradicciones. Aprende a detectarlos para no caer en ellos.
Si tu voz suena como un robot, la gente se aburre y desconecta. Deja de leer tus ideas y comienza a hablar de una forma natural. Aprende unos cuantos recursos para enganchar a tu público y mantener su atención.
Como un corredor antes de saltar a la pista, debes entrenar tu cuerpo, aprender a utilizar tu voz, controlar tu respiración para controlar tus nervios. Entrena y llegarás a tu meta.
Es muy importante aprender a modular la voz y jugar con ella para acompañar nuestros mensajes. Enfatizar, cambiar el tono o la emoción, añadir pausas, interrogaciones, exclamaciones… En función de cómo decimos algo puede cambiar su significado.
Lo importante no es solo decir algo, sino desde qué emoción y con qué intención lo decimos. Debes entender que la precisión de los gestos, los recursos de la voz y la emoción con la que hablas son claves para que la audiencia te entienda.
Un divertido juego para aprender a controlar tu cuerpo y utilizar su poder de comunicación. La precisión de tus gestos, tu postura y tu movimiento en el escenario te ayudarán a crear un mensaje más redondo.
Nuestro cuerpo y nuestra voz deben decir lo mismo. Vamos a identificar algunas posturas corporales erróneas que habitualmente hacemos en nuestras presentaciones: bailes nerviosos, brazos en jarra, mirada al suelo, postura encorvada. Todas te restan seguridad y no aportan nada a tu discurso.
Hemos aprendido a ordenar las ideas y a encontrar las palabras precisas, hemos trabajado con el cuerpo y con la voz. Ahora toca juntarlas todas: ideas, voz y cuerpo sonando como una única melodía. Un divertidísimo juego en el que tendrás que hablar en "Gibberish".
Una exposición realizada desde una emoción equivocada puede alterar su sentido. Debemos conectar "qué decimos", "por qué lo decimos" y "cómo lo decimos". Vamos a hacer un mismo discurso desde dos emociones opuestas para comprobarlo.
El arranque y el cierre de tu presentación son muy importantes. Empezar bien te ayudará a conectar con tu audiencia y captar su atención. El final de una presentación, tus últimas palabras son las que la gente más recuerda. Vamos a acabar en todo lo alto.
La obsesión por hacer diapositivas es un error muy extendido. Vamos a aprender a hacerlas y a usarlas correctamente. Es una herramienta muy útil, pero tu audiencia ha venido a escucharte a ti, no a ver la pantalla. No dejes que se enganchen a ella, tú diriges la presentación.
Es el momento de trasladar todas las decisiones que has ido tomando. No olvides ningún detalle: vamos a repasar los pasos necesarios para conquistar a tu audiencia.
El único modo de superar tus miedos y perfeccionar tus habilidades para hablar en público es hacerlo. Es hora de dejar de leer y empezar a hablar. ¡Adelante! Empieza a difundir tus ideas.